Minuto de Reflexión
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.
Gálatas 2:20
Que nuestros corazones sean agradecidos en todo tiempo por el inmenso sacrificio que Jesús hizo en la cruz. Nuestro enfoque diario es en que nuestros corazones sean renovados y llenos de agradecimiento por cada bendición, circunstancia y lección que tenemos que afrontar día a día.
Hermano, aun si estás pasando momentos dolorosos en tu vida, practica el agradecimiento en voz alta, dile “Señor Jesús, gracias porque me permites pasar por esto, sé que todas las cosas me ayudan para bien pues tú eres mi padre y Señor. ¡Gracias, gracias, te amo!”
Te invito a que practiques ser una persona sonriente, llena de gozo, y felicidad no importa que. Pues tu felicidad y paz vienen gracias a que eres amado por el Dios del universo.
¡Bendiciones!